A partir de esta página puede:
Volver a la pantalla de inicio con las estanterías virtuales... |
Información del autor
Autor PAOLETTI, Mario
Documentos disponibles escritos por este autor
Refinar búsqueda
Las novias de Borges (y otros misterios borgeanos) / PAOLETTI, Mario
Título : Las novias de Borges (y otros misterios borgeanos) Tipo de documento: texto impreso Autores: PAOLETTI, Mario Editorial: Buenos Aires [Argentina] : Emecé Fecha de publicación: 2011 Número de páginas: Fotografías; 243 p Idioma : Español Clasificación: BIOGRAFIAS-ESCRITORES-ARGENTINA
ENSAYO ARGENTINONota de contenido: "Es el amor. Tendré que ocultarme o huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única [...] Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo [...] Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la esperanza y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. [...] El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo". Más allá de los muchos tigres, espejos y laberintos, el núcleo central de la poesía de Borges está referida al paso del tiempo y a la fugacidad del amor; o más bien, a su propia imposibilidad de ser amado. También, a la memoria como castigo («sólo una cosa no hay: es el olvido») . En su obra, sistemáticamente, Borges redujo a géneros literarios a la religión, la filosofía, las otras artes o la historia. También al amor. Borges convertía en literatura todo lo que tocaba. Borges se odiaba. Lo avergonzaba lo que le devolvía el espejo (y por eso los espejos son "abominables"). Se llamaba a sí mismo "tapir", describía su rostro como "obeso y epiceno", odiaba su tartamudeo, su timidez, sus ojos débiles. Odiaba su letra ("de enano") y hasta su voz ("entre bebé y Matusalén"). Su coquetería era mínima: un peine en el bolsillo alto de la chaqueta para repasar el pelo y dejarlo en orden (a veces, recurso de tímido, escondía el peine en la palma de la mano). Pero sobre todo odiaba su carne y las necesidades de esa carne. Este adolescente eterno muchas veces se acostaba vestido para evitar el contacto con su propio cuerpo. A mediados de los 20 Borges escribe en su "Boletín de una noche": "Soy un hombre palpable (me digo) pero con piel negra, esqueleto negro, encías negras, sangre negra que fluye a través de la carne negra [...]. Me desvisto y (por un instante) soy esa bestia vergonzosa, furtiva, inhumana y, en cierto modo, alienada de sí misma que es un ser desnudo". Link: ./index.php?lvl=notice_display&id=7474 Las novias de Borges (y otros misterios borgeanos) [texto impreso] / PAOLETTI, Mario . - Buenos Aires (Argentina) : Emecé, 2011 . - Fotografías; 243 p.
Idioma : Español
Clasificación: BIOGRAFIAS-ESCRITORES-ARGENTINA
ENSAYO ARGENTINONota de contenido: "Es el amor. Tendré que ocultarme o huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única [...] Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo [...] Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la esperanza y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. [...] El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo". Más allá de los muchos tigres, espejos y laberintos, el núcleo central de la poesía de Borges está referida al paso del tiempo y a la fugacidad del amor; o más bien, a su propia imposibilidad de ser amado. También, a la memoria como castigo («sólo una cosa no hay: es el olvido») . En su obra, sistemáticamente, Borges redujo a géneros literarios a la religión, la filosofía, las otras artes o la historia. También al amor. Borges convertía en literatura todo lo que tocaba. Borges se odiaba. Lo avergonzaba lo que le devolvía el espejo (y por eso los espejos son "abominables"). Se llamaba a sí mismo "tapir", describía su rostro como "obeso y epiceno", odiaba su tartamudeo, su timidez, sus ojos débiles. Odiaba su letra ("de enano") y hasta su voz ("entre bebé y Matusalén"). Su coquetería era mínima: un peine en el bolsillo alto de la chaqueta para repasar el pelo y dejarlo en orden (a veces, recurso de tímido, escondía el peine en la palma de la mano). Pero sobre todo odiaba su carne y las necesidades de esa carne. Este adolescente eterno muchas veces se acostaba vestido para evitar el contacto con su propio cuerpo. A mediados de los 20 Borges escribe en su "Boletín de una noche": "Soy un hombre palpable (me digo) pero con piel negra, esqueleto negro, encías negras, sangre negra que fluye a través de la carne negra [...]. Me desvisto y (por un instante) soy esa bestia vergonzosa, furtiva, inhumana y, en cierto modo, alienada de sí misma que es un ser desnudo". Link: ./index.php?lvl=notice_display&id=7474 Reserva
Reservar este documento
Ejemplares
Código de barras Signatura Tipo de medio Ubicación Sección Estado C14750 PAOn Libro Club LITERATURA RECREATIVA Disponible